¿Te ha pasado alguna vez que sientes que el trabajo te sigue a casa? A mí me ocurrió el otro día. Estaba cenando y, de repente, me encontré pensando en el correo que no respondí. ¡Un horror! Pero no te preocupes, que ya le busqué remedio. Hoy quiero hablarte de algunas actividades sencillas que, de verdad, te pueden ayudar a desconectar del trabajo. Vamos, que volver a casa no signifique seguir en la oficina, ¿qué te parece?
¿Sabes qué pasa? Que a veces creemos que desconectar es algo súper complicado. Pero no es así. Una de las formas más simples, y que uso a menudo, es simplemente caminar. Te cuento, siempre tengo un par de tenis cómodos listos, y cuando siento que estoy a punto de explotar, digo: «Venga, salgo a dar una vuelta». No tienes idea de cómo cambiar de aire un rato puede hacer maravillas.
El movimiento físico, aunque sea leve, es un gran destructor de estrés. Nos ayuda a liberar esas tensiones acumuladas y, además, es una excelente manera de darle un respiro a nuestra mente. Y lo mejor, lo puedes hacer solito o invitar a un amigo, una buena charla siempre acompaña.
Mira, otra cosa que me ha funcionado un montón es la meditación. No me refiero a algo súper complicado. A veces, cuando llego a casa, me siento en mi rincón favorito, cierro los ojos y respiro profundo. Nada del otro mundo, pero esos cinco minutos me ayudan a centrarme y dejar atrás las preocupaciones del día.
¿Tú meditas? Si no lo has intentado, te animo a darle una oportunidad. Existen apps que son muy útiles, y algunas no requieren conexión a internet, así que no hay excusas. La verdad, dedicarte un rato a ti mismo, a conectar con tu interior, puede ser muy revitalizante.
Por cierto, te cuento que he retomado un hobby que había dejado hace tiempo: la jardinería. Sí, aunque vivas en un apartamento, plantar unas macetitas es factible (y divertido). La jardinería te conecta con la naturaleza, te da una sensación de logro y, sinceramente, ver cómo crece una plantita que cuidaste es puritita satisfacción.
Y si las plantas no son lo tuyo, ¿qué tal intentar cocinar algo nuevo? Ya sé que uno llega cansado, pero a veces preparar una receta diferente en la cocina me transporta a otro mundo. Eso sí, nada de recetas complicadas de chefs súper estrellas. ¡Algo sencillito, que luego no es cuestión de estresarnos más!
Estaba pensando, ¿alguna vez te has dado tiempo para escribir? No tiene que ser un diario formal ni nada complicado. Simplemente anotar tus pensamientos, cosas por las que estás agradecido o incluso los desahogos del día. Eso a mí me sirve como un filtro. Al escribir, saco los problemas de mi cabeza y los dejo en el papel. ¡Funciona!
- Caminar para despejar la mente.
- Meditar por unos minutos diarios.
- Cuidar de unas plantas.
- Cocinar una nueva receta sencilla.
- Escribir para liberar emociones.
La verdad, todas estas actividades son pequeños regalos que te puedes dar a ti mismo. El fin último es desconectar para retornar al trabajo más frescos, con una perspectiva renovada, ¿verdad?
Al final del día, lo importante es recordarnos que somos más que nuestro trabajo y que merecemos momentos de paz y disfrute. No te culpes si a veces te cuesta despejarte, lo importante es intentarlo y buscar lo que mejor te resulta. ¿Cuál de estas actividades te gustaría probar? Me encantaría saberlo.
Nos leemos pronto, y ¡a disfrutar de los momentos libres!