Oye, ¿sabías que mejorar la autoestima es uno de esos regalos que te puedes hacer a ti mismo? Mira, todos tenemos esos días en los que nos miramos al espejo y pensamos «¿Quién es este?», pero te cuento que con algunas actividades sencillas y efectivas, puedes empezar a cambiar esa percepción. Vas a ver, ¡en menos de lo que piensas, estarás sintiéndote increíble!
La magia de las afirmaciones positivas
¿Te ha pasado alguna vez que te quedas atrapado en un bucle de pensamientos negativos? Bueno, una manera de cambiar eso es a través de las afirmaciones positivas. Al principio suena un poco raro, lo admito. Recuerdo la primera vez que lo intenté, me sentí bastante tonto hablando conmigo mismo frente al espejo, pero ¿sabes qué pasó? Poco a poco, empezó a funcionar.
La clave está en la repetición. Por ejemplo, cada mañana puedes decirte a ti mismo: «Soy suficiente tal como soy», o «Cada día estoy más seguro de mí mismo». Y mira, parece un truco de magia, pero esas pequeñas frases empiezan a cambiar la forma en que te miras. Prueba, vas a notar el cambio.
La importancia de mover el cuerpo
Moverse no solo es bueno para la salud física, sino que también tiene un impacto directo en cómo te sientes contigo mismo. No te preocupes, no hablo de convertirte en un campeón olímpico de la noche a la mañana. Basta con que encuentres algo que disfrutes. A mí, por ejemplo, me encanta salir a caminar al parque; siempre vuelvo con una sonrisa. ¿Has probado alguna vez una caminata rápida por la mañana? Te despierta mejor que cualquier taza de café.
Además, hacer ejercicio libera endorfinas, esas pequeñas sustancias químicas mágicas que nos hacen sentir felices. Y esa felicidad, amigo mío, es un disparador natural de la autoestima.
Rodearse de las personas correctas
¿Sabes por qué es tan importante elegir bien con quién te rodeas? Porque la gente a nuestro alrededor tiene el poder de elevarnos o bajarnos. Si estás rodeado de personas que siempre te critican o te hacen sentir menos, es el momento de repensarlo. La vida es demasiado corta para estar con quienes no te valoran.
Mira, piensa en tus amigos más cercanos. ¿Te hacen sentir bien contigo mismo? Si es así, ¡genial! Juega con ellos a esos juegos que tanto te gustan, o simplemente ten esas charlas sin fin hasta la madrugada. Y si no es así, bueno, tal vez sea momento de buscar nuevas amistades que te impulsen a ser mejor.
Dar tiempo para uno mismo
A veces, entre tantas cosas que hacemos, nos olvidamos de cuidarnos a nosotros mismos. Y no, no es egoísta. De hecho, es necesario. ¿Te das tiempo para relajarte de vez en cuando? Te cuento, encontrar un hobby es una de las mejores formas de desconectar y mejorar la autoestima.
Por ejemplo, ¿has intentado pintar, meditar o hasta hacer jardinería? Yo he probado la meditación, y aunque al principio mi mente iba a mil por hora, con el tiempo, he logrado encontrar un poco de paz en esos momentos. Te animo a que encuentres tu espacio, ese que solo sea para ti.
Reflexiona sobre tus logros
Es fácil centrarse en lo negativo cuando tenemos un mal día, pero ¿qué hay de todo lo que has logrado? Te propongo algo: antes de dormir, anota tres cosas que hayas hecho bien ese día. No importa si son grandes o pequeñas, lo importante es reconocer los logros.
Te cuento algo, cuando reviso mis notas, me doy cuenta de lo mucho que he hecho y cuán lejos he llegado, y eso me da una perspectiva más equilibrada de mi día. Inténtalo, te ayudará a valorarte más.
Un último pensamiento
La verdad, mejorar la autoestima es un viaje, no un destino, y cada pequeño paso cuenta. Explora, experimenta y, sobre todo, sé amable contigo mismo. Recuerda que todos tenemos nuestros días malos, pero con conciencia y estas actividades, el camino hacia sentirte mejor contigo mismo está más cerca de lo que crees. ¿Qué dices, lo intentas?