¿Alguna vez has sentido que el corazón te late más fuerte que las campanas de la iglesia del pueblo cada vez que tienes que hablar en público? Bueno, te entiendo perfectamente. Yo también he estado ahí, y, sinceramente, creí que se me iba a salir el corazón. Pero aquí estamos, ¿verdad? Vamos a charlar un poco sobre cómo superar ese famoso miedo escénico que tantos problemillas nos da.
¿Qué es realmente el miedo escénico?
Mira, el miedo escénico no es otra cosa que esos nervios (los muy traviesos) que aparecen justo en el momento menos oportuno. Nos pasa a todos. Es como si hubiese un «yo interior» travieso que se activa justo cuando vas a dar una charla, cantar una canción o incluso presentar un proyecto en el trabajo. Pero, ¿sabes qué? Es súper normal. De hecho, hasta los artistas más aclamados admiten que tienen su dosis de nervios antes de salir al escenario.
La raíz del miedo: ¿Por qué nos pasa?
Te cuento, el miedo escénico muchas veces surge de esa nece… bueno, no necesidad, digamos, ese deseo de querer hacerlo todo perfecto. Está bien querer dar lo mejor de uno mismo, pero a veces nuestro cerebro exagera un poco y nos mete dudas que no necesitamos. Además, el miedo a ser juzgados también juega un rol importante. ¿Te ha pasado alguna vez que piensas «¿y si piensan que soy terrible en esto?» Justo eso es lo que vamos a dejar atrás.
Consejos para vencerlo (y de verdad)
Ahora, vamos al grano: ¿cómo empezamos a tenerle menos miedo al escenario? Aquí te dejo algunos tips que a mí me han servido, tal vez te sirvan a ti también.
- Practica, practica y practica: Puede sonar a cliché, pero de verdad que la práctica puede hacer maravillas. Por cierto, habla en voz alta frente al espejo o a un amigo. Vas a ver cómo te da confianza.
- Visualízate como un experto: Antes de subirte al escenario, siéntate por un momento y visualiza todo saliendo perfecto. Es como darle al cerebro una probada de lo que quieres lograr.
- Respira profundo: Parece un truco sencillo, pero una respiración profunda ayuda a calmar esos nervios juguetones. Inhala por la nariz, exhala por la boca. Hazlo varias veces y calma los latidos acelerados.
- Conoce a tu audiencia: Cuanto más sepas acerca del público al que te vas a dirigir, más fácil es conectar con ellos. Y si conoces un par de caras conocidas por ahí, ¡mejor aún!
- Hazlo divertido: Si puedes, encuentra la forma de disfrutar lo que haces en el escenario. ¿Por qué no ponerle un toque de humor? Así se libera tensión, de verdad.
Un vistazo a las imperfecciones
Te cuento algo: una vez, tratando de hacer una presentación perfecta, olvidé una parte del discurso. Lo interesante es que al reconocer el olvido de manera relajada, el público empatizó y la situación se volvió cómica. ¿Sabes qué entendí? Que a veces las imperfecciones nos hacen humanos y nos conectan más con los demás. Y quizás eso sea lo que haga la diferencia.
El poder está en ti
Así que ya sabes, el miedo escénico es como ese viejo conocido al que aprendemos a invitar a nuestra fiesta, pero no le dejamos estropearla. Recuerda que, si otros han superado eso mismo, a ti también te espera un camino de charlas, canciones o presentaciones que van a salir mejor de lo que piensas. Y si por ahí queda algún detalle imperfecto, pues mira, eso es parte de la magia.